Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

LA CERTIFICACIÓN IFS hpc EN LA INDUSTRIA QUÍMICA

CERTIFICACIÓN IFS hpc

Si eres fabricante de productos químicos o de cuidado personal destinados a consumidor (y a algunos profesionales), con casi toda certeza estarás en uno de estos tres grupos:

  1. Ya estoy certificado en el estándar IFS hpc
  2. Aún no estoy certificado pero estoy en proceso porque me lo ha pedido X cadena de distribución/retailer
  3. No tengo ni idea de qué es la IFS hpc

Si estás en el grupo 2 o 3 sigue leyendo. Lo que te voy a contar te puede ayudar a salir del berenjenal en el que estás metido
o es cuestión de tiempo que tu cliente al que le haces MDD (marca blanca de toda la vida) te pida que te certifiques en el estándar.

Y si estás en el grupo 1… el saber no ocupa lugar 😊

Si nos funciona con la alimentación…

IFS (International Featured Standards) es un organismo que nació en los 90 formado por las principales cadenas de distribución franco-alemanas. Con los años se unieron cadenas italianas y españolas. Pues bien, estos señores que se habían juntado y creado un estándar con la idea de no perder más tiempo auditando a sus interproveedores de productos alimentarios, en 2006 dijeron: “Oye si esto nos funciona tan bien para los que nos hacen marca blanca de yogures, ¿por qué no hacemos una cosa parecida para los que nos hacen champú?”. Así que cogieron la IFS food + la ISO22716, las metieron en el reactor y nació la IFS hpc (household and personal care products).

La norma es certificable para 4 alcances:

  1. Productos de cuidado personal (geles, mascarillas, cremas solares…)
  2. Químicos de uso doméstico (detergentes, lavavajillas, ambientadores…)
  3. Productos domésticos de uso diario (film de cocina, guantes de cocina, vajilla de un solo uso…)
  4. Productos de higiene personal (bastoncillos, copas menstruales, algodones desmaquillantes…)

¡Ojo! En este estándar no sucede como en IFS food, la cual es una norma en la que los fabricantes de productos “a granel” también se pueden certificar. Esta norma solo es certificable para productos destinados a consumidor final y para algunos profesionales. Es decir, que un fabricante de esencias que vende sus productos a industrias de detergencia y cosmética para que la usen como materia prima NO ES CERTIFICABLE en IFS hpc.

Esto está “arrancando”…

En 2022 solo había 51 auditores cualificados en el mundo (ahora somos algunos más). Para que te hagas una idea de lo nuevo que es esto, solo la certificadora para la que audito, tiene más auditores de IFS food contando únicamente España. Pero el ritmo no para. Como puedes ver en la tabla, el crecimiento de número de certificados es exponencial.

ifs hpc

 

Vale, entonces esto será como una ISO, tener la fábrica un poco más ordenada y a correr ¿no?

Pues no. Una de las curiosidades en estos primeros años de la IFS hpc es la cantidad de auditorías fallidas que se producen.  Algunas empresas se lanzan a las auditorías IFS hpc con mucha suficiencia pensando que no puede ser para tanto dado que ya tienen la ISO 22716, que venden a tal cadena de supermercados que les auditan un montón o que son los que pagan a la certificadora.

Craso error. Este estándar tiene lo que se llaman requisitos KO y no conformidades mayores. Cuando en una auditoría hay posibilidad de KO o mayor, debemos tener claro que la espada de Damocles está sobre nosotros y que se avecina dramita. Hay que repetir la auditoría o realizar una visita extraordinaria para cerrar la mayor si solo es una. El certificado no se va a conceder o se va a bloquear. Cosa que es pública en el portal de IFS al que tienen acceso todos tus clientes…

ERRORES, no conformidades habituales o KO

Son los momentos en los que se escuchan las frases clásicas de auditoría como:

  • “Aunque en la especificación de cliente pone que analizamos Aspergillus niger en todos los lotes, está hablado con el cliente que solo lo hacemos una vez al mes y nos han dicho que ok”. Muy bien, pero si no hay evidencia por escrito es incumplimiento de especificación de producto terminado = KO
  • “No hemos actualizado todas las frases P y H según la ficha de datos de seguridad en el packaging porque tenemos un montón de stock”. Estupendo, pero eso no es un argumento técnico y al ser incumplimiento legal es una no conformidad mayor.
  • “Es que, aunque son cápsulas hidrosolubles no hemos resaltado el P102 porque el cliente nos ha dicho que no lo quiere así”. Es un poco injusto y esto genera discusiones con los clientes, pero una etiqueta que no cumpla con legislación es una no conformidad mayor, aunque sea imposición de cliente (imagina que te dice que quiere que no aparezcan los sensibilzantes/alérgenos obligatorios en la etiqueta de su producto).
  • “No hemos puesto en este biocida lo de no reutilizar el envase porque cuando hemos hecho la inscripción no nos han dicho nada”. Tampoco es justificación.
  • “Antes no poníamos los lotes de las correcciones-ajustes por boca de hombre ni de los envases, pero desde el mes pasado ya lo estamos haciendo”. Muy bien, pero yo te voy a dar el certificado IFS y vas a expedir productos que están en tu almacén fabricados desde hace 5 meses… y trazabilidad también es un KO.

Además de estas situaciones, muchas de las auditorías fallidas se deben a la falta de costumbre de estas empresas a trabajar con análisis de peligros (HACCP/HARA) o similar, ya que no es un requisito legal como sí ocurre en la industria alimentara.

 

Para nosotros es imposible, no tenemos el nivel de una industria alimentaria

A ver, ni tanto ni tan calvo. La norma está en constante cambio con el fin de irse adaptando a los alcances certificables. Lo que es fundamental es aplicar un concepto en el que el estándar insiste: la evaluación de riesgos. Está claro que la norma habla en particular de que las condiciones de infraestructura (paredes, suelos, techos, flujos…) tienen que ser las adecuadas y que hay que establecer unas normas mínimas de higiene… pero no es lo mismo una sala de envasado de mascarillas faciales que de ambientadores de coche. Hay que aplicar conceptos lógicos y pensar… ¿Qué posibilidad hay de que le caiga a un operario un pelo en un ambientador que va en todo momento por tuberías? ¿Qué riesgo hay para el consumidor si ocurriera? No es sencillo, pero se trata de ir pensando y justificando siempre teniendo en cuenta los mínimos que marca la norma.

Estas implantaciones no solo suponen dolores de cabeza

El otro día,  en una auditoría, el director de una planta me confesaba el gusto que les da enseñar su fábrica ahora que está cada cosita en su sitio y que cada operario tiene claras las normas de higiene a seguir. (Por cierto, responsabilidad y compromiso de la dirección es otro punto KO 😉).

 Entonces ¿qué hacemos?

Pues lo que os decimos siempre, acudid a profesionales. Buscad alguien que os diga las cosas claritas y que tenga experiencia en IFS hpc. Que os haga un buen diagnóstico inicial y os indique dónde estáis y lo que tenéis que hacer para llegar a una certificación IFS hpc. Así sabréis los costes y los cambios en políticas de buenas prácticas que tendréis que asumir. Por supuesto, tened bien sujeto todo lo que atañe a regulatory. Como habéis visto, cualquier incumplimiento legal es igual a no conformidad mayor (dramita).

 

Escrito por:
David Cebrián
Auditor y consultor hpc, director técnico CreativeQuality Consulting SL
Telf. 676933763
Email: dcebrian@creativequality.es

 

Atributos de imagen: Imagen de wavebreakmedia_micro en Freepik

¿Te ha parecido interesante? ¡Comparte!